COMENTARIO: En estos dos libros se reitera la búsqueda de la identidad
cultural del Sinú, cuyas raíces son prehispánicas. En la novela narra las
vicisitudes del actual pueblo indígena por recurar las tierras de su Resguardo.
Utiliza la oralidad del pueblo zenúe lateralizándola, tal como haría Rulfo con
el lenguaje popular del campesino mexicano. En poema épico vuelve a utilizar la
oralidad pero del actual campesino del Sinú, que agrega al sustrato
reflexivo indígena el aporte del desenfado
del negro. Con este nuevo libro vuelve a reiterar en más de un cuento la
oralidad del campesino, aunque también utiliza el lenguaje convencional.
“Los Oficios del Infierno” es una invitación a entrarse en el
mundo del Sinú, lleno de verdaderas sorpresas. Muchas de las historias que
sustentas estas narraciones provienen de la misma gente del Sinú, que el autor
en una pesquisa de trabajo de campo fue recogiendo con paciencia de Job. El
pueblo tuvo más capacidad de invención que el mismo autor. La mayoría de los
cuentos fueron sucesos que se dieron en Montería y Córdoba. Se pueden localizar
físicamente los cuentos de dónde provienen,
“El Difunto” sucedió en el barrio la granja de Montería; “Los Milagros”,
en Ciénaga de Oro; “La Fuetera”, en la vieja Montería; “El Requinto”,
nuevamente en Montería; así mismo
“Cabeza de Puerca” y “Los Dolientes”, en cambio “Caminata Fúnebre sucede por
San Pelayo y “Susurros de Amos” con el cuento “El Negro” suceden en Planeta
Rica. Los demás cuentos son de invención personal.