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COMENTARIO: “Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente” escribió León Gieco. Esta verdad, nacida entre botas y fusiles, no es absoluta, como ninguna en el indescifrable mundo de los versos. Tampoco es definible la palabra “hogar”, aunque hallemos miles entre diccionarios y poemas. Así, no huye todo aquel que escapa, no pierde todo aquel que emigra. En algunos casos, los viajeros no tienen patria más allá del horizonte, el hogar es el camino y el único techo que acoge es el de las ideas. En esta colección se juntan esas huellas: las que debieron abandonar sus patrias por un sable fratricida, las perseguidas por asesinos invisibles debido a la rebeldía innata a la inteligencia, las que buscaron un futuro en países mejor organizados, las que quisieron leer en bibliotecas más grandes y ricas, las que, simplemente, echaron a andar y aún no han encontrado su destino.
Abierta es, entonces, la invitación para que estos vientos migradores nos sacudan el cabello, nos acaricien el rostro y nos insuflen el alma con esa energía de las voces que caminan la Ciudad Luz, que no olvidan los terruños calurosos, que reviven con guacharaca y zampoña, que suspiran trópico y cordillera, que han vivido las letras que llenarán nuestros ojos ávidos del mismo borgiano asombro antiguo.
Oscar Perdomo Gamboa
Escritor, doctorando en humanidades
Coordinador Editorial de Caza de Libros