Manizaleño nacido en 1943. Licenciado en Lenguas Modernas. Incansable peregrino en las aulas de la primaria hasta las universitarias. “Suicidio por reflexión” (1967) da inicio, en forma de novela, a la exploración de todos los géneros: “Los pasos de la Esfinge” (1985) y “Los espejos negros” (1991) visitan los terrenos poéticos, mientras que “Primer Cuentario” (1981) y “Variaciones” (1994) exploran el país de los cuentos. Ha recibido importantes premios a nivel nacional e internacional y es reconocido como uno de los pilares de la narrativa en Colombia.
PORTADA
CONTRA-PORTADA
COMENTARIO: QUICAGUA, es un libro que no está escrito. Llena sus páginas con las historias de los muchachos reunidos por ahí en potreros y portones; canchas de fútbol, parques y callejuelas. Abunda en duendes, genios, magos y fantasmas. Como todo libro mágico escoge al lector o los lectores y a veces sus hojas se niegan a ser leídas y se ponen en blanco para que alguien las escriba. Y a veces el abuelo se sale de los textos para proponer, personalmente, los acertijos que lo liberen de su pasión por los viajes. Al final, son los amores adolescentes los que marcan el límite entre la edad de las pelotas y las escondidas; el trompo y las canicas; la imaginación que inventa caballos políglotas y las cometas gigantes con declaraciones de amor.
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