Economista, escritor, periodista y ex diplomático, ocupó en la Embajada
de Colombia en China los cargos de Cónsul, Ministro Consejero y Chargé
d Affaires.
Estudió y trabajó en total 17 años en China, la mayor parte de este
tiempo como Consejero del Buró de Traducciones y Publicaciones, dependiente del
Consejo de Estado de China. Hizo parte del equipo de traductores de las Obras
Escogidas, obra poética y Escritos Filosóficos y Militares de Mao Zedong, así
como de los Textos Selectos de Deng Xiaoping. Participó en los equipos de
traducción de los documentos de varios Congresos del Partido Comunista de China
y de una serie de legislaturas de la Asamblea Popular Nacional de China. Tiene
una maestría en Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Beijing.
Ha publicado tres obras de narrativa: Un libro de
cuentos: "Los guerrilleros no bajan a la ciudad", una novela
"Las Bestias de Agosto", un libro de memorias noveladas "En
China dos veces la vida" y algunos libros de ensayos. En el año 2006
obtuvo el primer premio en el Concurso de Novela Manuel Mejía Vallejo con su
obra ‘Larga ha sido la noche’. Su novela ‘Tarde llega el alba’, próxima a
publicarse, quedó como finalista en la XII Bienal Nacional e Internacional de
Novela José Eustasio Rivera. Ha sido columnista de los diarios "El
Tiempo" y "La República" de Colombia. Es Vicepresidente de la
Asociación de la Amistad Colombo-china y directivo de la Unión de Escritores de
América a la vez que es Asesor extranjero de honor de la revista China Hoy.
Fue Director del Instituto Científico de la Orinoquía. Actualmente se
desempeña como Director del Instituto Confucio y del Observatorio Asia Pacífico
de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
PORTADA
COMENTARIO: Una familia típica de mediados del siglo pasado en un Medellín de chimeneas y encierro feudal, devoto del dinero y arisco a los poetas que, sin embargo, parió a dos de los más grandes: Barba Jacob y León de Greiff; descreído de la filosofía no obstante haber dado a un Fernando González. Todas las paradojas caben allí: un pueblo de defectos y cualidades extremos como todos los pueblos grandes. El prohibicionismo de los obispos y el secreteo a través de paredes clausuradas como locutorios de los adultos con exclusión de los menores. Este es el mundo de las intrigas hilvanadas en la nueva novela de Enrique Posada Cano LOS AÑOS DE LA INTRIGA.
En un itinerario largo y al mismo tiempo fugaz, como el propio destino de los protagonistas de esta historia, que recorren sintiendo y vi-viendo un país multicultural, diverso como el que más, asombrados del milagro de su propia supervivencia. Y en medio de todo, el tío, un militar a ultranza, macho cabrío de sudores intempestivos que lo impulsan a un maratón loco paralelo con la marcha del tren. Siempre con el revólver al cinto, siempre dispuesto a jugarse la vida a contraluz de visiones como la de su mujer violada.
La identidad de un niño buscada y jamás encontrada que lo conduce a verse en el espejo de los esclavos traídos desde África Occidental. Este es uno de los mantras de la novela, como lo es el asomo a la confrontación entre dos partidos -el liberal y el conservador-, por el acceso al poder. Son estos últimos, referentes históricos que el autor utiliza de modo transversal para ambientar la novela, pero evitando que sea enlistada en la larga nómina de la narrativa de violencia y narcotráfico. Su punto de vista es otro. ¡Lean esto!
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