Cosecha de abuelos

Autor: Luz Garcia (Ver perfil del autor)

$35.000

Ficha Técnica

Idioma: Español
Isbn: 978-958-8822-17-4
Tamaño: 13.5 cm x 21 cm
Tipo de papel: 
N° de Paginas: 120
Presentación: Tapa Blanda

Resumen:

No hay fotografía o cuadro más hermoso que la conjunción de la senilidad y la infancia. Los abuelos rodeados de los nietos o uno de ellos sosteniendo en sus piernas a su nieto o nieta, inventando mundos. El abuelo o la abuela quienes tiempo atrás fueron unos robles; hoy, con el correr del tiempo, con tantas afugias, batallas ganadas unas, perdidas otras, hoy, están convertidas en personas vulnerables que se abrigan para que la lluvia no les perturbe su frágil salud porque todavía conservan la gran voluntad y la fuerza que da el cariño para jugar, imaginar y reír con los nietos. Como cuando eran niños: se podría decir, el regreso de la niñez en la vejez. Hoy, los abuelos sueñan, imaginan y vuelan, contándoles a sus nietos los cuentos de hadas, las leyendas tradicionales, los cuentos de tío conejo con tío tigre, les señalan una a una las estrellas del armamento, y les enseñan -también- que la vida es dura, de metal, que esta se puede edificar también con pasos firmes y seguros, y que tampoco pueden ser sordos a las melodías del corazón. Abuela o abuelo representan cántaros de dulzura, de comprensión, de sabiduría desde allí brota el conocimiento gracias a la larga experiencia acumulada, la cual será vertida para formar a otra generación para que sea más tolerante, más respetuosa, menos violenta. El mayor deseo de todo abuelo o abuela es que su nieto sea un ciudadano digno, que sienta orgullo de llevar el nombre de su familia. A pesar de la edad, de los múltiples achaques, ellos no sienten el cansancio por esa labor «de volver a ser padres en segunda vuelta» a la que la familia y la sociedad los ha conducido, todo por causa de las ocupaciones laborales de los padres modernos o de cientos de parejas disfuncionales. El cantante Piero dice en la canción de El Viejo que «tiene los ojos buenos y una gura pesada; la edad se le vino encima, sin carnaval ni comparsa». Y el Gran Combo de Puerto Rico arma en su canción que «están cayendo hojas blancas en mi cabellera. Y mi cuerpo se sigue agotando cada día más y más». Estas citas musicales son pertinentes y sumado lo anterior, convocan para hacer ver o reexionar a los padres modernos que los abuelos solo están para repartir el pan de la ternura, el agua de la alegría, las uvas dulces del cariño. Es cierto que los abuelos y abuelas se derriten por sus nietos porque son ellos la extensión de la familia, de los hijos, de la sangre. También es cierto que los abuelos esperan, por lo tanto, que en lo que resta de sus días, a ellos también se les brinde la mayor tranquilidad, el mejor bienestar y asistencia posible. Finalmente, alguien decía que los abuelos se convierten en ángeles enviados por Dios para cuidar a los nietos.

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