El principe gugly y el ratoncito patín

Con Gugly y Patín, he querido volver al cuento tradicional, antiguo si se quiere. Pulgarcito, Pinocho, Caperucita roja, La cenicienta, etc, son eternos. Pertenecen al imaginario globalizado por libros, cine y t.v., historias que han trascendido. Deseo, con las andanzas de estos dos personajes (que no terminan en este libro), deambular, transitar por los caminos de la fraternidad, del amor filial, de la lucha diaria por la supervivencia, del respeto hacia la naturaleza, del cuidado de los animales? y de la amistad, como punto de partida fundamental en mis cuentos. Cuando mi hijo de 15 años, Nicolás, quiso leerlo, le dije: «léelo, pero piensa que de pronto no es para tu edad, lo escribí pensando en un público mas pequeño, de 5 a 8 años». más tarde vino Nico hacia mí y me dijo unas palabras que no olvidaré?»no papá, es también para todos los adolescentes como yo, que a veces olvidamos lo importante que es la familia». Si algunos escritores infantiles, y por qué no, también adultos, escribiéramos para rescatar algunos de esos valores que mencioné anteriormente, contribuiríamos para un mundo mejor, para volver a enseñar, para inculcar en el alma de las futuras generaciones, que existen otros tipos de comunicación y no sólo la tecnológica que creamos para ellos, ¿culpa?… sí, un poco, pero si todos ponemos ese granito de mostaza, estoy seguro de que vamos a recuperarlos.