El último profeta

Ficha Técnica

Idioma: Español
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Resumen:

Quiero entregar en esta obra, un verdadero sentimiento de Fé Cristiana, que brota de las entrañas de mi ser. Es una fuerte emoción espiritual, que me conmueve y me ayuda a expresar dichos sentimientos, que han sido plasmados en versos y poemas, que emergen de lo más profundo de mi alma y de mi espíritu.

Es un mandato irresistible, como un designio del Creador, para decir al mundo, que en vez de considerarme como un cuerpo carnal en vía de espiritualidad; soy más bien, un espíritu encarnado y nacido en vientre de madre, que ha sido enviado a este planeta, para continuar la obra de Dios, y su infinito amor por toda la creación y especialmente por el género humano, ejerciendo el ministerio de la escritura.

Hay momentos en que pienso y digo: “Yo no sé, como se siente ser eterno y mortal a la vez; pero lo que si se, es que he sido creado por Dios para vivir eternamente formando parte del gran séquito de mi Creador, y que cada vez, que escribo uno de mis poemas; pienso que solo estoy cumpliendo la misión, para la cual he sido creado y enviado a este planeta”: “servir al mundo”, en el nombre del Eterno.

En las sagradas Escrituras del Nuevo Testamento, Jesús de Nazaret, llamado el Rabino de Galilea, plasmó sus sabias enseñanzas invitándonos a convertirnos en antorchas de luz, dijo: “Ustedes son la luz del mundo, y ninguna luz debe ser colocada debajo de un cajón, si no, por lo contrario, debe ser colocado encima de la repisa, para que ilumine y brille en su entorno» Mateo 5:14-16. Igualmente, dice que «el hombre ha sido dotado de determinados talentos, que por la gracia de Dios, debemos ponerlas al servicio de las buenas obras en bien de la humanidad».

El día final entregaremos cuenta de ello, así lo expresa la Parábola de los Talentos: “No debemos guardar nuestros talentos debajo de la roca, si no que por medio de él, debemos contribuir al crecimiento de la obra del señor». Mateo 25: 14-30.

Hoy con profunda humildad, comparto con mis lectores este trabajo, y lo pongo a su disposición, que lo considero como un importante aporte al mundo, para el crecimiento de nuestra fé y de la obra de Dios.

Es la hora de valorar la importancia de los muchos momentos de aciertos y reveses que me ha dado la vida; por lo que entrego este mensaje al mundo, echando a volar mis pensamientos, para dar luz; tal como la luciérnaga, que ilumina su entorno cuando levanta el vuelo. Guiándome por el sabio principio que dice: “Nadie puede ser tan pobre, que no pueda enriquecer a uno de sus hermanos”.

Así como este trabajo ha enriquecido mi vida, espero que también enriquezca a mis lectores.